Biografia Karla Wheelock
¿Cómo inicias en el montañismo?
“Empecé con una salida que organizó el Club España al volcán Popocatépetl. Fue amor a la primera vista. Recuerdo que esta ascensión fue muy demandante, pero a nivel espiritual y emocional fue una gran experiencia. Después vino el Iztaccíhuatl, luego el Pico de Orizaba y continué con las expediciones al extranjero. El montañismo se convirtió en una combinación interesante entre demanda física y recompensa espiritual”.
Cómo surge la inquietud por escalar las cumbres más altas de cada continente?
“Al momento de subir el Everest y el Aconcagua me di cuenta que podía plantearme subir las principales cumbres continentales. Después vino el McKinley, en Alaska, y ahí vi realmente posible llevar a cabo el Grand Slam. Siguió el Elbrus en Europa, Kilimanjaro en Africa y Vinson en la Antártica. A mitad de este proceso entré en un periodo de “receso” debido a que inicio la expedición más importante de mi vida: la maternidad, lo que me llevó a parar casi dos años toda actividad. Después surgió la oportunidad de subir el monte Carstensz, en Indonesia, donde terminé con este ciclo”.
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